Los unicornios se dejan ver

Convertirse en uns startup unicornio es la meta de muchos emprendedores. El reto es grande, aunque el impacto de miles de emprendedores en esta búsqueda es mayor.

Por Alejandro Estrada

Pareciera que cada mes escuchamos que en México y América Latina hay un nuevo unicornio, y ha sido cierto. 

Pero comencemos definiendo qué es un unicornio en el mundo de las startups. De forma concreta: son empresas tecnológicas privadas financiadas por capital de riesgo y que han sido valuadas por sus inversionistas en más de 1,000 millones de dólares (MDD). 

Según la firma CB Insights, a finales del 2020, se estimaba que existían poco más de 500 unicornios en todo el mundo, contrastando con los 39 registrados solo siete años atrás, cuando el término fue acuñado por Aileen Lee, fundadora del fondo de VC Cowboy Ventures en Palo Alto, California. 

Hoy, casi la mitad de esta lista global está dominada por startups fintech, seguidas por software de internet, comercio electrónico e Inteligencia Artificial. Cabe destacar que esta lista cambia constantemente, debido a la incorporación de nuevos unicornios y a la salida de algunos de ellos al ser adquiridos o convertirse en empresas públicas.

Compañías como Facebook, Netflix, Uber y Mercado Libre fueron startups en algún momento y, algunas de ellas, unicornios; ahora son empresas públicas valorizadas en decenas y hasta cientos de miles de millones de dólares.

Hoy, en América Latina existen más de 25 unicornios, como Nubank en Brasil, Rappi en Colombia, y Kavak en México. Tan solo en el 2021, se han agregado cuatro nuevos unicornios en la región: MadeiraMadeira en Brasil; Bitso, Clip y GBM en México. Al mismo tiempo, salió de la lista Auth0, de emprendedores argentinos basados en Silicon Valley que fueron adquiridos; así como PagSeguro en Brasil y dLocal, que recientemente se volvieron empresas públicas.

Ser unicornio o estar en camino a serlo es muy relevante. Al demostrar su valor de mercado y crecimiento, las startups exitosas son capaces de atraer más capital, talento y solidificar su oferta de productos y servicios, generando un círculo virtuoso de crecimiento y relevancia. 

Sin embargo, no podemos dejar de mencionar lo difícil que es el camino para llegar a ser un unicornio. Se deben superar numerosos retos y riesgos de negocio, operativos, competitivos, tecnológicos, financieros y hasta regulatorios. Estadísticamente, mucho menos del 1% de las startups lo logran, tanto en América Latina como en el mundo.

Al final, el hecho de que la región tenga casi 25 unicornios es una excelente noticia, pues atrás vienen cientos de startups que aspiran a llegar a serlo. Además, se crean referentes, una mayor cultura emprendedora y, más adelante, nuevas camadas de emprendedores e inversionistas que potencian al ecosistema.

Bienvenidos los nuevos unicornios.